Gloria Cantero Martínez, aficionada
Disfrutamos, el ruedo de La Caverina, de seis novillos, con real aspecto de toros de plaza de primera categoría.
Una presentación imponente, enmorrilados, con cuajos, bien rematados, perfectamente armados por delante y un comportamiento, en general, de bravos y con casta. A destacar el segundo de la tarde, de nombre "Caprichoso" que tomó hasta tres varas, protagonizó un tercio de banderillas con riesgo y dio un juego en la muleta, embistiendo por abajo y por ambos pitones, difícilmente de olvidar para el aficionado, fue premiado con una vuelta al ruedo, más tarde recibiría el galardón al "mejor novillo de la Feria". Lástima de falta de oficio de su oponente, volvemos a la cruda realidad.
El novillo, una auténtica "máquina de embestir", demandaba mando y temple, llevarlo empapado en la muleta y por el pitón izquierdo, vaciar sus embestidas y así, poder admirar su bravura hasta el final, pero Fran Gómez, se vio desbordado, la generosidad del novillero del que destacamos su disposición, y sus ganas de agradar al poner el toro en suerte en el Tercio de varas, se eclipsó, ante un ejemplar con transmisión y chispa, no es tiempo para bravos, no para toros con casta, no para un escalafón de un futuro realmente incierto.
En el segundo de su lote, un novillo castaño, de buena reata, mal con el capote, y es que con estos toros, se debe dejar el recibimiento con afán de lucimiento, en casa, "torear para el toro" es otra premisa que parece ya perdida, el toro se hizo con el mando, hubo mucho desconcierto y dudas, el novillo metía la cara con codicia, buscaba los engaños con afán, pero el novillero, de nuevo evidenció su falta de oficio y tiró por la calle de en medio, usando el pico de muleta de forma escandalosa, el toro se aburrió y acabó buscando las tablas. Aún así, Gómez, fue el triunfador de la tarde, un galardón demasiado grande pues fueron los novillos los que propiciaron el regalo de la gloria.
Jesús Fernández sustituía a Gonzalo Caballero que causa baja en el cartel. El catalán tuvo en sus manos demostrar que también los mansos tienen su lidia, más aún si son manejables y aprovechables, como su primero fue, sobre todo por el pitón derecho. El segundo de su lote, protagonizó otro buen tercio de varas, pero se acabó pronto y el espada echó mano de un toreo insulso y aburrido.
Rafael Cerro, echó por la borda un auténtico regalo, de nombre "Pintor", fue bravo en varas, empujando al caballo y tomando hasta tres puyazos, aunque no fue bien colocado en suerte, gesto este de la apatía con la que el novillero pisó el ruedo. Encastado, transmitía emoción hasta el final, pero la "modernitis" afecta de manera tan clara a este novillero que ni pudo ni quiso torear de frente y por derecho, excesivo uso del pico de la muleta y un bajonazo con la espada que puso la rubrica a una faena dolorosa e insustancial, inmerecida para un burel de tan alta calidad.
Con su segundo oponente, más de lo mismo, se desentendió frente a un buen novillo, colaborador, pero no bobo, noble y bravo al que propinó una serie de muletazos por alto que nunca aceptó de buen grado, pues no es esta buena receta para toros encastados, no se acopló en ningún momento y aún así se le concedió una oreja barata a rabiar. Mal con los aceros, pero efectivo, aunque ese es otro debate...
Tras el festejo, se leyó el acta de la concesión de galardones que El Club Taurino de Calasparra otorga año tras año en esta ya vigésimo cuarta Feria Del Arroz. Fueron los siguientes:
Mejor Puyazo : Jose Manuel Agüera ( cuadrilla de Fran Gómez.)
Mejor par de banderillas: Vicente Osuna (cuadrilla de Jesús Fernández).
Mejor estocada: Posada de Maravillas.
Mejor novillo: "Caprichoso" de la ganadería "EL CUBO".
Mejor Novillada: Cebada Gago..
Quite de peligro: Fran Gómez, por salir a" cuerpo limpio" en defensa de su banderillero.
Premio Espiga de Oro: Román.
Fin de fiesta pues, por todo lo alto, como merece un ciclo y una villa que sigue apostando por el Toro íntegro, la diversidad de encastes, el trabajo bien hecho, desde el anhelo y la búsqueda de lo esencial, con una pasión desmedida en unas jornadas donde hablar de toros se convierte en imprescindible y el aficionado se siente arropado y dichoso. Enhorabuena, Calasparra!.
Añadido: Agradecer de forma entusiasta a los amigos de "El Chofre", especialmente a Pedro García Macías, la oportunidad que me brindó para contar lo que esta aprendiz de aficionada veía lo largo de esta feria de novilladas, así como el lujo de poder expresarme libremente. Gracias por tu calidez y amabilidad!. Lo cierto es que ha sido un deleite aparecer por este rincón de verdaderos aficionados y de buena gente. Una se siente como en casa y eso siempre es de valorar. Y si me lo permitís, animaros de forma vehemente, a continuar en la lucha, por el bien de esto que tanto nos desconcierta, pero al mismo tiempo, tanto amamos. Un abrazo.